
Esta receta es historia de mi familia, mis padres se moceaban en una tasca santanderina donde los pedían siempre de tapa. Los de mi madre te saltaban las lágrimas entre el picante y lo buenos que estaban, y con los años servidor cogió el testigo. Por cierto, en casa es tradición tomar la salsa con la concha vacía del último mejillón 😊. Cuando pillas una malla decente en el súper, no hay mejor manera de prepararlos.

