
Cambié la harina blanca por harina integral, bajé el azúcar a solo 1 taza porque le quería agregar un glasé de jugo de limón (a mí me gustó así, pero para los que no les gustan las cosas con un pequeño toque ácido les recomiendo dejar la receta como estaba originalmente) y además le agregué por arriba cáscara de pomelo confitado. 10/10, mi familia la amó. Estoy segura de que la haré de vuelta.