Debes poner la nata, leche, azúcar y las semillas de una vaina de vainilla en un cazo. Reserva 2 o 3 cucharadas para disolver en ella la gelatina.

Calienta el cazo a fuego medio removiendo constantemente con cuchara de madera o silicona evitando que el líquido se pegue al fondo. Disolver el azúcar.

Una vez comienza a hervir retira y reserva. La vainilla dejará todo su aroma.

Incorpora la gelatina previamente disuelta en la leche y vuelve a poner al fuego hasta que hierva. Bajamos el fuego y seguimos removiendo durante un par de minutos más hasta que se disuelva completamente.

Cuela la mezcla y sírvela en moldes individuales a tu elección. Dejar atemperar.

Una vez fría, cubrir con film transparente toda la superficie a piel.

Lleva al frigorífico como mínimo 4 horas hasta la hora de servir.

Para desmoldar hay que tener algún tipo de precaución. Es preferible, cuando utilizas moldes rígidos (flaneras de metal) introducir el molde en agua caliente hasta la mitad aproximadamente, evitando así la tentación de introducir el filo de un cuchillo por el borde.

Salsa de cerezas :

Lava y seca unos 90 gr de cerezas frescas de temporada (pueden ser congeladas).
Deshuesar (existe un aparato especial que no os aconsejo porque con una pajita de refresco lo podréis hacer perfectamente. Solo tienes que presionar con la pajita sobre el lado opuesto a donde está el rabito de la cereza)
En una sartén añadir una cucharada de azúcar, una cucharada de agua y las cerezas a fuego bajo. Dejad que poco a poco suelten su jugo y que vayan reduciendo.

Pasados 10 minutos sacarlas, triturar y pasarlas por un chino o  colador.