Lo primero de todo es dejar la noche de antes un recipiente con agua caliente y bicarbonato los garbanzos a remojo.

Prepara por partes los ingredientes. La carne y los huesos, la verdura, los garbanzos bien enjuagados y las carcasas.

Ponemos en la olla 3 o 4 dedos de agua y al fuego.

Se van añadiendo en crudo los ingredientes por orden.

Cubrimos de agua hasta los remaches de la olla. Añadimos sal y colorante y tapamos. Ponemos el fuego al máximo, y cuando empiece a silbar ponemos la válvula y lo rebajamos a fuego medio/bajo y lo tenemos 45 minutos.

Cuando ya hayan pasado los 45 minutos lo dejamos reposar y no lo abrimos hasta que haya salido todo el vapor. Una vez lo abramos podemos echar las morcillas y el blanquet y así evitamos que se revienten.

Truco: cuando compréis los huesos los ponéis en una bolsa de plástico, le echáis un puñadito de sal y lo dejáis en el congelador, y el día de antes lo sacáis. De esta manera ya no hay que echarle sal al agua cuando lo vayamos a hacer y dejará más sabor.