En esta foto, os la he puesto para que veáis los encurtidos de zanahoria y pepinillos y también el curry verde que lo más seguro que no lo encontréis pero tampoco es tan relevante, porque yo solo le he querido dar ese toque de picante pero el tapenade no lo lleva.

A continuación, cogemos un vaso batidor y le añadimos los encurtidos, las aceitunas negras sin los huevos, las dos cucharaditas de curry verde y la cucharadita de albahaca.

Seguidamente, le añadimos ocho lomitos de anchoas cortadas con unas tijeras, la cucharada sopera de zumo de limón y un buen chorro de aceite de oliva virgen extra de gran calidad.

A continuación, metemos el brazo batidor y trituramos hasta convertirla en una pasta espesa.

Seguidamente, para poder picar mejor la pasta, le vamos añadiendo aceite de oliva virgen extra poco a poco mientras seguimos triturando hasta lograr una pasta más ligera pero que no esté empapada en aceite y reservamos.

A continuación, cogemos los cuatro tomates aunque en la foto solo se vean tres, luego añadí uno más para que no bailaran en la fuente. Lavamos bien los tomates y dejamos escurrir bien.

A continuación, cogemos una puntilla de sierra y le cortamos la parte de arriba y la reservamos para luego usarla como tapa decorativa.

A continuación, cogemos las yemas que hemos variado de los tomates, la ponemos en un plato y le añadimos un par de cucharaditas de tapenade.

Seguidamente, removemos un poco con la cuchara.

A continuación, colocamos un par de lomitos de anchoas cruzados en el interior de cada tomate como se puede observar en la foto correspondiente.

Seguidamente, rellenamos los tomates con el preparado de yemas y tapenade.

A continuación, ponemos los tomates en una fuente pequeña.

Con el horno ya precalentado a 180°C, metemos la fuente y dejamos hornear durante veinte minutos con el horno arriba y abajo.

Mientras tanto, cogemos la cuña de queso y rallamos un poco y reservamos.

Pasados los veinte minutos, sacamos la fuente del horno.

Le añadimos el queso por encima de los tomates con generosidad.

A continuación, volvemos a meter la fuente con los tomates en el horno y dejamos gratinar unos cinco minutos.

Mientras tanto, cortamos la lechuga iceberg en juliana fina y la ponemos en un plato para servir y le añadimos también las anchoas restantes cortadas en tiras finas y espolvoreamos con una pizca de sal muy pequeña sobre la lechugas porque el resto de los ingredientes ya llevan bastante sal. La guardamos en el frigorífico para que se mantenga fresca

Por último, sacamos los tomates del horno, dejamos tibiar unos cinco minutos y colocamos un par de ellos encima de la ensalada de lechuga, le añadimos un buen chorro de aceite de oliva virgen extra y los otros dos es para tomar en caliente y listo.