Tarta fría de queso (sin horno)

Arianne
Arianne @Arianne
Esquinita verde de la Península Ibérica, llamada A Coruña

(XVII)

Mientras se sacaba la última costrita de la rodilla, sonreía recordando la pelea que la provocó.
En realidad, no se acordaba cómo había comenzado, incluso, más tarde, cuando ya no estaba castigada y pudo volver a salir a la calle y, hablar con los amigos, ninguno supo dar motivos ni razones para la pelea a pedradas con los del barrio de enfrente de la riera…. Pero, y lo bien que se lo habían pasado.
En su bando, ninguno salió herido, todas las piedras caían —sin remedio— en el lecho del río, y suponía, que habría pasado lo mismo con los del otro lado. La pena fue que regresando a casa, entre risas y empujones, se tropezó, y al caer de bruces, se rascó toda la rodilla derecha. El susto que se llevó su madre fue tremendo, y gritó como si la rodilla ensangrentada fuera de ella, pero cuando le tocó la cura, no le dejaron decir ni pío; menos mal que había mercromina, porque nada más levantarse de la aparatosa caída, sólo pensaba en que, además del castigo, le iba a tocar limpiarla con alcohol y, eso: escocía.
Mientras comprobaba que apenas le quedaba señal en la rodilla, también recordó que su padre, la misma noche de la caída, tras guiñarle un ojo y entre risas, le susurró: “Menos mal que te has caído, si hubiera sido una piedra, el castigo de tu madre hubiese sido mayor”.

(Sumamos esta receta al reto de la fotografía de cocina, para conseguir todos los consejos y mejorar, porque con las prisas de probar el plato, la foto nunca queda bien).

#herstory
#fotografía

Tarta fría de queso (sin horno)

(XVII)

Mientras se sacaba la última costrita de la rodilla, sonreía recordando la pelea que la provocó.
En realidad, no se acordaba cómo había comenzado, incluso, más tarde, cuando ya no estaba castigada y pudo volver a salir a la calle y, hablar con los amigos, ninguno supo dar motivos ni razones para la pelea a pedradas con los del barrio de enfrente de la riera…. Pero, y lo bien que se lo habían pasado.
En su bando, ninguno salió herido, todas las piedras caían —sin remedio— en el lecho del río, y suponía, que habría pasado lo mismo con los del otro lado. La pena fue que regresando a casa, entre risas y empujones, se tropezó, y al caer de bruces, se rascó toda la rodilla derecha. El susto que se llevó su madre fue tremendo, y gritó como si la rodilla ensangrentada fuera de ella, pero cuando le tocó la cura, no le dejaron decir ni pío; menos mal que había mercromina, porque nada más levantarse de la aparatosa caída, sólo pensaba en que, además del castigo, le iba a tocar limpiarla con alcohol y, eso: escocía.
Mientras comprobaba que apenas le quedaba señal en la rodilla, también recordó que su padre, la misma noche de la caída, tras guiñarle un ojo y entre risas, le susurró: “Menos mal que te has caído, si hubiera sido una piedra, el castigo de tu madre hubiese sido mayor”.

(Sumamos esta receta al reto de la fotografía de cocina, para conseguir todos los consejos y mejorar, porque con las prisas de probar el plato, la foto nunca queda bien).

#herstory
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Ingredientes

20 minutos (+ tiempo reposo)
1 Tarta
  1. 300 gQueso crema (tipo Philadelphia)
  2. 1/2 PaqueteGalletas Napolitanas
  3. 150 gLeche entera
  4. 2 CucharaditasVainilla en polvo
  5. 2 CucharadasAzúcar glass
  6. 1 SobreAzúcar avainillado
  7. 2 SobreCuajada
  8. 1 SobreGelatina en polvo sabor fresa

Paso a paso

20 minutos (+ tiempo reposo)
  1. 1

    Para la base de galleta: trituramos las galletas y le añadimos 2 cucharadas de queso crema, mezclamos hasta integrar todo y, cubrimos la base del molde con la mezcla, apretando bien para que quede compacta. Reservamos en nevera para que tome cuerpo y endurezca un poco.

  2. 2

    En un cuenco amplio, mezclamos el
    resto de queso crema, con el azúcar y la vainilla, y por otro lado, calentamos la leche en el microondas (con 30 segundos es suficiente) y disolvemos los sobres de cuajada en ella, mezclamos hasta que desparezcan todos los grumos.

  3. 3

    Integramos ambas mezclas y rellenamos el molde, reservamos en la nevera.
    Por otro lado, en un vaso con agua caliente, disolvemos la gelatina en polvo y añadimos un vaso más de agua fría. Vertemos sobre el molde, creando la última capa.
    Reservamos en nevera al menos 2 horas, para que cuaje.
    Desmoldamos con cuidado.

  4. 4

    A disfrutar!

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Caricatura gris dibujada a mano de una cámara y una sartén con estrellas saliendo de la sartén
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Arianne
Arianne @Arianne
Esquinita verde de la Península Ibérica, llamada A Coruña
Me encanta recorrer el mundo en cada bocado.Apasionada del mar, de los viajes, de la astronomía y de los libros. Poco golosa pero exigente con la calidad de los productos. ¿El final perfecto de cualquier instante gastronómico? La buena compañía... tanto a la hora de prepararlo en la cocina, como al sentarse en la mesa. Porque disfruto cocinando con y para los míos; me encanta ese desafío de conectar con mis comensales, de compartir y de no sólo hacer disfrutar a las papilas gustativas. De crear, en definitiva, un momento, un recuerdo y un vínculo con los que quiero.
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Comentarios (4)

Mabi
Mabi @Mabi
La introducción me enamoro!! 🤩Las cicatrices son solo otro tipo de memoria! 😉! Feliz noche 🎉🌙⭐️🎊🥂y feliz miércoles!!🎉🥂🤩🍾🎊🥂

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