Ponemos en un bol la yema de huevo y la mantequilla a temperatura ambiente y mezclamos bien con ayuda de unas varillas eléctricas. Agregamos la leche condensada y mezclamos con ayuda de las varillas.

Agregamos la harina tamizada y mezclamos con ayuda de una espátula. Añadimos la almendra picada y volvemos a mezclar. Cubrimos el bol con papel film y dejamos reposar en la nevera 2 horas para que coja consistencia la masa.

Transcurso el tiempo de reposo, forramos una bandeja apta para horno con papel sulfurizado y ponemos a precalentar el horno con calor arriba y abajo a 180 grados. Vamos haciendo bolitas con la masa, las colocamos en la bandeja forrada y aplanamos con la palma de la mano. Llevamos al horno y dejamos que se hagan durante 25-30 minutos, hasta que estén doradas.

Una vez que estén doradas sacamos del horno y dejamos templar 5 minutos en la bandeja, luego las pasamos a una rejilla para que terminen de enfriar.

Ya tenemos nuestras galletas listas, con un buen café, un chocolate caliente o solas son una delicia. Espero que os gusten!! Si no las consumis todas en el día, las podéis guardar en una caja de lata y aguantan un par de días.