Preparamos todos los ingredientes

En un cazo ponemos aceite de oliva, cáscaras de naranja y limón y el anís en grano (matalahúva) dejamos que se frían las cáscaras, cuando empiecen a quemarse por los laterales retiramos del fuego, dejar que se enfríe por completo.

Retirar las cáscaras. En un bol ponemos el aceite con los gramos de anís, el vino blanco, el azúcar, la 1/2 cucharadita de vinagre y mezclar. Añadir la harina con la levadura y la goma xantana de poca en poca cantidad, mezclar bien

Nos quedará una masa compacta y nada pegajosa. Hacer una bola con la masa, poner sobre film transparente y vamos a estirar con las manos dando forma cuadrada (esta masa se trabaja con las manos estupendamente) con un cortador estrellado de pasta vamos a hacer cuadrados más o menos del mismo tamaño.

Poner sobre bandeja. En una olla pequeña ponemos abundante aceite de girasol, al lado pondremos un recipiente con papel absorbente y también tendremos preparado un bol con una mezcla de azúcar y canela en polvo sin gluten (la cantidad de canela es a gusto de cada uno, en mi caso he puesto una cucharadita)

Calentar el aceite (de los 9 números de mi vitrocerámica voy a calentarlo en el número 6) para comprobar si está el aceite caliente cogemos un trocito de masa y lo ponemos en la olla, si vemos que sube inmediatamente a la superficie, nuestro aceite tiene la temperatura correcta. Introducimos porciones de masa.

Dejamos que se dore por ambos lados (qué olor más delicioso!) poner sobre papel absorbente e inmediatamente rebozar en la mezcla de azúcar y canela

Ir colocando sobre un plato, haremos lo mismo con todas las porciones de masa