Lo primero es limpiar los filetes con papel de cocina y ponerlos en un plato en el microondas a temperatura casi máxima (3 de 4) durante unos 8', dándolos vuelta a la mitad del tiempo.

Mientras tanto, picar bien chico la cebolla y el morrón. Yo le añadí un poco de cebolla de verdeo porque me gusta.

La mezcla anterior se sofríe en sartén con un poquito de aceite y en cuanto toma algo de color, se cubre con agua, se tapa, se baja el fuego y se deja cocinar, de modo que luego no se "mastiquen" pedacitos de cebolla.

El pescado estará listo cuando lo puedas desmenuzar con la mano. Pero antes de hacerlo, elimina todo el líquido que suelta. Por eso lo cocino en el micro. Sácale toda el agua.

Colócalo en un bol y desmenúzalo muy bien. Añade sal, pimienta y el sofrito que ya no deberá tener agua. Mezcla bien.

Pica las hierbas y añade a la mezcla anterior. Es importante que no sea excesiva para que el sabor del cilantro no resulte avasallador. Solo debe estar ahí para dejar su nota "personal", pero no para robarse el primer papel.

Y ahora viene el secreto de las croquetas sin huevo: agrega a esa cantidad de mezcla dos cucharadas generosas de queso crema y las galletas molidas entre tus manos. Mezcla todo muy bien y lleva a heladera. Puedes dejar la mezcla hasta un día sin problemas en heladera. Lo mínimo es dejarla una hora.

Para limpiar la tabla y la cuchara de madera que usaste y eliminar el olor a pescado, espolvorea un poco de bicarbonato de sodio y pasa un poco de limón. También con limón limpiarás al final tus manos para que no quede rastro de olor a pescado (claro que puedes jugar al doctor y usar guantes de latex)

Cuando la mezcla esté lista (las galletas habrán absorbido la humedad excesiva), toma porciones del tamaño decidido (acá, cuchara de postre), dales forma con tus manos húmedas y pásalas por pan rallado o por polenta.

Si la cantidad de mezcla que preparas es la que indico, saldrán 12 croquetas un poco más grandes que una pelota de golf. Eso es suficiente para 3 per capita como entrada o como principal con acompañamiento.

Coloca el aceite a calentar. El diente de ajo optativo yo lo uso para conocer la temperatura del aceite y de paso, darle sabor. Cuando empieza a crujir, el aceite ya está caliente.

A la hora de poner con cuidado las croquetas en la sartén, hay que acordarse de Napoleón: Vamos despacio que estamos apurados. De modo que no llenes la sartén para ganar tiempo, porque luego romperás las croquetas cuando debas darlas vuelta.

Cuando estén doradas, las retiras y pones sobre papel cocina hasta tenerlas a todas listas y que ya estén todos en la mesa, con sus manos limpias.

Yo freí solo 6 de modo que a las otras 6 las guardo en el freezer, separadas entre sí, para poder sacar de a una, cuando necesite salir de un apuro, porque no necesitan ser descongeladas.