Limpia el pollo y lávalo. Salpimenta todas las piezas y reserva

Corta las patatitas por la mitad. Haz lo mismo con los tomates.

Pica en daditos la cebolla, el ajo y la zanahoria.

En una sartén de hierro apta para horno, pon un chorro de aceite de oliva y fríe a fuego fuerte las piezas de pollo hasta que comiencen a dorarse. Saca a un plato.

En la misma sartén añade la cebolla y el ajo picados. Riega con un chorro de vino blanco y desgrasa el fondo con una cuchara de madera. Deja freír hasta que la cebolla se ponga tierna. Baja el fuego.

Añade las zanahorias y las patatitas. Remueve de vez en cuando y deja hacer hasta que las patatas comiencen a dorarse.

Añade los tomates y sofríe todo a fuego lento unos 10 minutos.

Añade la cucharada de harina, remueve hasta que desaparezca y añade a continuación la mostaza y la nata. Integra todo muy bien. Precalienta el horno a 200ºC

Añade el caldo hasta que cubra las piezas, la hoja de laurel, el tomillo picado y salpimenta.

Introduce la sartén en el horno y deja hacer unos diez minutos, hasta que veas que la salsa comienza a espesar (se ve al hervir)

Saca del horno y deja reposar una hora.

Antes de servir, vuelve a introducir a horno fuerte unos cinco minutos para que se dore la superficie.