Primero mezclamos el azúcar con la manteca hasta que quede cremoso. Añadimos el huevo y lo integramos bien.

Añadimos la vainilla, la ralladura del limón y mezclamos.

Añadimos la harina tamizada de a poco y vamos uniendo muy despacio. Formamos un bollo que tiene que quedar muy suave y tierno.

Mientras vamos preparando los dulces que lleva tiempo. Aclaro que pueden usar los dulces que quieran y menos sabores también. Vamos a cortar los dulces en cubitos cada uno por separado. El dulce de leche no es necesario hacerle nada. Al de membrillo y al de goiabada le ponemos una cucharadita de agua y llevamos al micro por 20 segundos.

Los pisamos hasta hacer un puré y reservamos. Va a parecer que es poco dulce de cada uno, pero no, queda la dosis justa y diría que podría haber sido 180 gramos de cada uno.

Pasado el tiempo de reposo, tomamos el bollo, cortamos una parte pequeña que es para formar el enrejado y reservamos. Colocamos la masa en un molde enmantecado y enharinado. Lo estiramos de forma suave con la mano hasta que llegue al borde y quede apenas un saliente alto contra la orilla. Con la masa que apartamos formamos tiritas en la mesada enharinada. Es una masa muy blanda que se rompe fácilmente pero también se une de manera fácil.

Con los dedos marqué en la masa las divisiones de donde iba a poner cada dulce para guiarme. Puse el de membrillo primero. Con una espatulita acomodamos que quede bien esparcido y prolijo. Luego puse el de batata y el de goiabada.

Por último puse el dulce de leche, que es menos cantidad en peso que los otros pero parece que fuera más. Y le ponemos el enrejado, con paciencia y cuidado. Ya comenté que es una masa blanda y se rompe y más aún las tiritas, pero no pasa nada, se unen sobre la torta y luego ni se nota. Llevamos a horno precalentado y cocinamos a 180 grados. Me llevó 40 minutos mas o menos. Nos fijamos pinchando en el borde de la masa con palito de madera y cuando salga seco ya está.

Minutos antes de retirar del horno preparamos la cucharada de mermelada, que en mi caso era de higo, con la cucharada de agua, mezclamos bien y cuando sacamos la torta del horno, así en caliente, con un pincel la pintamos con esa mezcla. Y así toma ese brillo tan lindo. Esto es opcional. Es solo para darle un toque de brillo. Hay una jalea que se llama jalea de pincel que es para esto. Pero se puede hacer con cualquier mermelada que tengamos en casa y cumple la misma función.

Dejamos enfriar totalmente y desmoldamos. Lo ideal es usar un molde desmontable para sacarla fácilmente. Sino, se hace en molde común y a desmoldar con mucho cuidado o se corta directo de ahí. Yo usé un molde redondo de 24 cm.

Y como verán me olvidé de ponerle el coco rallado. Estábamos tan ávidos por comerla que ni me acordé, hasta ahora que escribo la receta! Pero queda deliciosa con o sin coco!