En primer lugar, ponemos una sartén en el fuego, le añadimos los 55 gra de mantequilla, el plátano cortado en trozos y diez gr de los 135 gr de azúcar.

Seguidamente, removemos con una lengua y dejamos confitar a fuego muy bajo.

A continuación, en un bol, ponemos los dos huevos.

Seguidamente, le añadimos los 125 gr de azúcar resistente, el azúcar avainillado, la cucharadita de esencia de vainilla y el yogur de plátano.

A continuación, cogemos una varilla y mezclamos durante un par de minutos sin parar hasta que se diluya el azúcar.

Seguidamente, retiramos la sartén con el plátano y dejamos tibiar.

A continuación, le añadimos el aceite de nueces y la puntilla de sal fina Marina.

Seguidamente, mezclamos bien hasta que se integre totalmente en la mezcla.

Una vez templado el plátano y la mantequilla cogemos una lengua y machacamos el plátano en la mantequilla.

A continuación, cogemos la varilla eléctrica y ligamos a baja potencia, porque a mano tardaríamos mucho porque hay que integrar el plato y la mantequilla, porque de lo contrario se nos quedaría en la superficie.

Una vez que lo tengamos ligando, cogemos un colador y tamizamos la cuarta parte de la harina mezclada con la harina de garbanzos, que ya la tenía encima de la otra harina en el recipiente de se puede ver en la foto de los ingredientes.

A continuación, cogemos una varilla manual y mezclamos bien la harina.

Una vez que la tengamos mezcladas.

Le añadimos otra parte de harina y la tamizamos.

Seguidamente, volvemos a mezclar con la vainilla manual hasta integrarla y veremos que la masa está espesando y nos cuesta más trabajo mezclar.

A continuación, tamizamos el resto del harina. Seguidamente, mezclamos bien con la vainilla manual aunque nos cueste más trabajo porque ha espesado demasiado.

A continuación, le añadimos la levadura y los 75 ml de leche.

Seguidamente, metemos la varilla eléctrica y ligamos a baja potencia durante treinta segundos nada más.

Una vez que la tengamos listas, tapamos con film y reservamos en el frigorífico durante veinte minutos mientras preparamos los collarines para los moldes.

Pasados los veinte minutos, sacamos la masa del frigorífico, llenamos una manga pastelera y rellenamos los moldes hasta casi arriba de los moldes amarillos del fondo. no hasta los collarines porque esos se los he puesto para que no se salga la masa cuando se estén haciendo.

A continuación, cogemos una fuente grande de cristal, colocamos los moldes y dejamos un hueco para poder añadir el agua caliente para crear vapor.

Seguidamente, le añadimos el 1/4 del vaso de agua caliente en el hueco que hemos dejado en la fuente y colocamos el último muffins en el hueco.

Con el horno ya precalentado a 220°C unos diez minutos antes con el calor arriba y abajo, metemos la fuente y dejamos hornear durante cinco minutos a 220°C y veinte minutos a 200°C. Bajo ningún concepto debemos de añadir más agua de la he puesto yo, porque esa pequeña cantidad que he puesto se tiene que evaporar en esos cinco minutos.

Pasados los veinticinco minutos, retiramos la fuente del horno y la ponemos encima de la mesa de trabajo.

Esto es importante y poner muchas atención a esto. Nada más sacar la fuente del horno y dejarla en la mesa, sacamos de inmediato los muffins del molde de acero para que no suden y los ponemos en un plato y dejamos enfriar del todo y listo.

Una vez que los tengamos fríos, los guardamos en un tupper, lo cerramos y ya podemos hacer uso de ellos cuando nos apetezca.