A Joaquín Sabina le robaron el mes de abril, yo regalo el de agosto —por dos noviembres, por ejemplo—; es un mes que no me acaba de convencer, pero que año tras año, se presenta puntual como el octavo…. Por fortuna, hoy fue el café semanal, aunque el café ni lo olimos, teníamos que brindar por alguien que nos cuida desde allí arriba.
El sitio elegido, me gustó, nada más llegar me impactaron las preciosas vistas a la puesta de sol y "Stairway to heaven" sonando de fondo, no podía haber sido una mejor combinación. Llegué algo justa, así que tuve que adaptarme a la conversación, hablaban de que primero se debía perder el equilibrio, para alzar el vuelo —si fuese mi caso (pensé), acabaría seguramente en un amerizaje—.
Ya acomodada en mi butaca, y con mi bebida en la mano, le dije a mi anfitriona que justo por la mañana acababa de leer que lo que se puede sustituir nunca es tan importante. Es una de esas verdades —me dijo— que hay que tener siempre presente. Por ejemplo, mi lista de insustituibles es muy corta —concluyó—.
Levanté mi copa y alzando la voz, propuse el brindis: “Por nuestros insustituibles”.
Al abandonar el local, sonaba "Highway to hell" y pensé que ambas canciones explicaban muy claramente cómo se anticipa la utilización de cada uno.

#mycoffeetime