Empieza por limpiar y abrir al vapor los mejillones. Si te estás iniciando en la cocina y quieres saber cómo hacerlo, en la sección de Trucos de mi perfil te lo enseño. Si alguno no se abre lo desechamos, ya que puede estar en mal estado. Cuela el jugo que han soltado los mejillones para eliminar las impurezas y resérvalo.

Empezamos ya con la salsita. Ralla una cebolla y sofríela en una cazuela con 5 o 6 cucharadas de aceite de oliva. Echa una guindilla pequeñita que le dará un sentido picantito pero sin pasarse. Si te gusta más picante le puedes poner dos o una más grande. Ve removiendo y, mientras se hace la cebolla a fuego medio, ve rallando un ajo con el rallador fino. Cuando la cebolla ya está doradita, echa el tomate triturado, remueve y deja que se vaya haciendo a fuego suave.

Después de un par de minutos, añade el ajo rallado y el perejil. Mezcla todo. Y ya incorpora los mejillones. Remuévelos muy bien para que se empapen bien del sofrito, añade el jugo de los mejillones, dales un buen meneíto y déjalos haciendo chup-chup unos cinco o diez minutos. Ya para acabar, apaga el fuego y pasados unos minutos, cuando ya no están tan calientes, añádeles unas 4 cucharadas soperas de alioli hecho con la batidora y con huevo, o, si lo prefieres, mayonesa con ajo.

Pon la tapa de nuevo, remueve enérgicamente y ya tendrás listos estos mejillones que están de rechupete y, cómo ves, se preparan de manera muy sencilla.