Ponemos toda la harina en el mármol de la cocina bien limpio, hacemos un volcán y dentro ponemos la levadura (previamente disuelta en el vaso de agua templada), el aceite, el anís y un poco de sal y amasamos hasta obtener una masa lisa y suave. Cubrimos con un paño y la dejamos reposar dos horas.

Mientras preparamos el relleno. Picamos las cebollas finas y las ponemos a dorar en una sartén con el aceite.

Cuando la cebolla esté dorada le añadimos las anchoas lavadas para quitar el exceso de sal y cortadas a filetes pequeños.

Añadimos también las pasas previamente reblandecidas en agua y las alcaparras. Mezclamos todo bien y lo dejamos que se mezclen los sabores.

Una vez hayan pasado las dos horas de reposo de la masa, la dividimos en dos y cogemos una de las dos mitades y en el mármol enharinado y con un rodillo le damos una forma rectangular para el molde donde la vamos a poner a hornear.

En un molde rectangular bien untado con aceite extendemos la masa que nos cubra bien todo el molde.

Es el momento de poner el relleno encima de la masa, primero la mezcla con la cebolla, encima los tomates cherrys previamente lavados y cortados por la mitad y encima de los tomates el queso rallado. Salpimentamos al gusto.

Hacemos lo mismo con la otra mitad de la masa y una vez le hayamos dado la forma del molde la ponemos encima del relleno. Con los dedos mojados en agua vamos juntando los bordes de la masa de abajo y de la masa de arriba para que no se nos salga el relleno.

Con los dedos hacemos por toda la masa unas hendiduras típicas de la focaccia, y con una brocha untamos toda la focaccia de aceite.

Metemos en el horno precalentado 30 minutos. Sacamos y a comer!

OBSERVACIÓN SOBRE ESTA MASA DE FOCACCIA: No tiene que quedar blandita como la masa de la focaccia que va sin relleno, este tipo de focaccia rellena queda más bien con la masa tipo calzone o tipo empanada.