Pelamos la cebolla y la partimos en juliana o en brunoise, como prefieras (Reservamos) Si "NO" te gusta la cebolla prescindirás de este paso

Ponemos una sartén grande y honda al fuego con abundante aceite de oliva

Pelamos y lavamos las patatas, las secamos con un paño limpio y comenzamos a picarlas en rodajas finas, con un cuchillo bien afilado o con una mandolina

Cuando el aceite empiece a coger temperatura añadimos la cebolla con una pizca de sal, sofreímos a fuego medio hasta que vaya tomando un color dorado, entonces bajamos el fuego al mínimo y añadimos las patatas y sal al gusto

Las iremos removiendo de vez en cuando y cuando observemos que empiezan a ablandarse las iremos machacando un poquito con ayuda de una espumadera, deben quedar pequeñitas y muy blanditas. Cuando ya las tengamos listas las iremos volcando en un colador o escurridor para que suelten todo el exceso de aceite, (las dejamos unos 5 o 10 minutos)

Añadimos a la sartén una cucharadita del aceite que nos sobró de freír las patatas y cuando eche humo volcamos la mezcla reservada de huevo y patata que cocinaremos a fuego medio-alto aproximadamente 2 minutos por cada lado. Yo la dejé poquito hecha porque en casa a mi marido le encanta así, pero si os gusta más hecha la dejáis como 3 o 4 minutos por cada lado o hasta que hundáis una cuchara o espátula y apenas baje, entonces estará más hecha por dentro

No puede faltar en fiestas, cumpleaños y celebraciones porque es un básico muy básico ¿verdad? además de que gusta a todos los públicos... ¡¡¡Qué rica está leñe!!!