Primero prepara la base de galletas y mantequilla. Como si se tratara de una Cheesecake, y reserva en el frigo o congelador para que endurezca. Mientras tanto nos ponemos con la tarta.

Vuelve a poner en el fuego, que este a potencia media. Añade los sobres de cuajada que previamente habrás diluido en un poco de leche fría para que no se creen grumos. Sin dejar de remover, lleva a ebullición. Si no la tarta no va a cuajar.

Añade la mezcla sobre la base de galletas, dejando que caiga primero sobre una espátula o cuchara para que no se abra nuestra base. Deja enfriar y lleva a la nevera al menos 6 horas.

Tal como tienes ahora mismo la tarta, está estupenda para comer, pero la idea de freirla como la leche frita, le da un toque... así que corta en trozos más bien pequeños (si no sería muy empalagoso) y manejables. Pásalos por harina y huevo y fríe en aceite de girasol. Espolvorea la mezcla de azúcar y canela y a disfrutar!!! On egin!!