Echamos todos los ingredientes directamente en un bol y empezamos a amasar de manera circular. No os preocupéis si al principio se os pega en los dedos, conforme vayamos amasando se irán integrando todos los ingredientes y gracias al aceite que hemos puesto se nos irá despegando de los dedos. Más o menos amasamos aproximadamente unos 5 min.

Una vez hemos integrado los ingredientes y amasado, la masa se nos tiene que quedar con este aspecto. Tapamos con film transparente y dejamos fermentar 30 min a temperatura ambiente y 1 hora en frío. La masa levará un poco pero tampoco nos interesa que leve demasiado ya que como he indicado la finalidad es conseguir un pan fino y crujiente.

Una vez haya el tiempo de fermentación, sacamos la masa del bol y amasamos no más de un minuto para sacarle el poco aire que tenga y volvemos a hacer una bola y con un cuchillo bien afilado cortamos láminas final de masa y la espolvoreamos con un poco de harina.

Precalentamos el horno a 180º. A continuación espolvoreamos las láminas con poquita harina y usando un rodillo estiramos de forma alargada. Tienen que quedar láminas muy final. Las ponemos sobre la rejilla del horno a que previamente le hemos puesto papel de horno e introducimos la misma en el horno aproximadamente 10 - 15 min. Verdaderamente el tiempo es relativo ya que es cada horno puede ser distinto, así que controlar hasta que veáis que van cogiendo colorcito.

Una vez comprobemos que están a nuestro gusto y doraditos, sacamos y colocamos sobre un plato, canastilla, etc..... y a ¡¡DEGUSTAR!!