¡Ojo! No tiréis el agua que han soltado. La vamos a necesitar. Es más, vamos a empezar con ella, colamos bien y la pasamos de la olla en la que hayamos hervido los mejillones a una jarra o cualquier otro recipiente.

En la misma olla (así ahorramos manchar mil cosas) ponemos cebolla y ajo picados fino (o a vuestro gusto) con un chorrito de aceite. Sofreímos dorando y evitando que se queme.

Metemos los mejillones en la salsa, dejamos hervir unos 5 minutos más y ya están listos para comer.

Nota: Podéis dejarlos hechos de la mañana a la noche o de un día para otro. Los guardáis en la nevera y un rato antes de poneros a preparar la mesa, los sacáis para que se atemperen y luego un poquito al fuego 😉.