En primer lugar, lavamos bien las berenjenas y una vez escurridas, las secamos con un paño limpio y las dejamos en la tabla de cortar.

A continuación, cortamos cada berenjena por la mitad, intentando que las dos mitades sean inguinales.

Seguidamente, cogemos una puntilla y le damos unos Cortes en la pulpa de piña lo más rápidamente posible para que no se oxiden.

A continuación, las ponemos en una fuente grande y le añadimos sal gruesa con generosidad y le añadimos unos hilos generosos de aceite de oliva virgen extra por encima de las mitades de berenjenas.

Con el horno ya precalentado a 220°C, con el calor arriba y abajo, metemos las berenjenas y dejamos hornear durante treinta y cinco a cincuenta minutos. Este tiempo depende del grosor de las berenjenas.

Mientras tanto, ponemos una sartén en el fuego, le añadimos unas cuatro cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra, la cebolla picada muy fina, el pimiento rojo picado muy fino y el diente de ajo picado muy fino.

Seguidamente, removemos, bajamos el fuego al mínimo y dejamos sofreír durante ocho minutos removiendo de vez en cuando.

A continuación, ponemos una olla pequeña en el fuego, le añadimos una cucharada sopera de aceite de oliva virgen extra, la mantequilla y dejamos que se vaya derritiendo la mantequilla con el fuego al mínimo.

Una vez que se haya diluido la mantequilla.

A continuación, le añadimos la cucharada y media de harina y una pizca de sal fina Marina.

Seguidamente, cogemos una lengua de silicona y mezclamos bien sin dejar de remover durante un par de minutos para que se cocine bien la harina y para que no nos sepa a harina cruda y con una textura arenosa en el paladar.

Una vez que vaya tomando un tono a café con leche o marrón clarito.

Le añadimos la mitad de la leche bien fría para cortar la cocción de la bechamel y no se nos ponga más oscura y tome un sabor demasiado tostado.

Seguidamente, dejamos cocinar a fuego muy lento hasta que veamos que comienza a espesar y removiendo de vez en cuando para que no se nos pegue al fondo de la olla.

Como ya habrán pasado los ocho minutos, retiramos la sartén del sofrito del fuego y reservamos.

Una vez que haya espesado la bechamel, le añadimos la pimienta negra, la nuez moscada y una pizca de sal fina Marina

A continuación, le añadimos el resto de la leche y esta vez a temperatura ambiente.

Removemos bien y dejamos cocinar durante unos tres minutos removiendo de vez en cuando y cuando esté lista, apagamos el fuego y reservamos.

Cuando hayan pasado los cuarenta minutos, retiramos la fuente de las berenjenas del horno y dejamos tibiar unos dos minutos en la mesa de trabajo.

Pasados el par de minutos, cogemos una mitad de berenjena, la ponemos encima de la tabla de cortar y con un saca bolas, le quitamos toda la pulpa a la berenjena con mucho cuidado de no cortar la piel que nos va a servir de molde. Una vez que las hayamos vaciado todas, cogemos un cuchillo muy afilado y las picamos solo un poco porque están muy tiernas y no queremos que se convierta en una salsa.

A continuación, colocamos las mitades vacías de berenjenas en la fuente de nuevo.

Seguidamente, cogemos un par de troncos de atún, le sacamos unas lascas y las vamos colocando en el fondo de las mitades de berenjenas vacías.

A continuación, le añadimos un par de cucharadas soperas de crema bechamel encima de las lascas de atún.

Seguidamente, añadimos otros dos troncos de atún en lascas encima de la salsa bechamel y con una cuchara rellenamos las mitades con el sofrito.

A continuación, con una cuchara, le añadimos bechamel por encima con generosidad y le rallamos queso hedam con generosidad también.

Con el horno ya precalentado 180°C, metemos la fuente y dejamos cocinar durante quince minutos con el calor del horno arriba y abajo.

Pasados los quince minutos, reprogramamos el horno poniendo solo la parte de arriba del horno y dejamos gratinar unos cuatro minutos mara conseguir una costra cremosa y listo.