Crema de vainilla:

Batimos los huevos con la Maizena hasta que queden muy bien integrados. Puedes usar un batidos de varillas o hacerlo en el vaso de la batidora con el accesorio de varillas.

Mezclamos en el vaso de la batidora esa mezcla de huevos con el resto de ingredientes y batimos un par de minutos hasta que la mezcla esté muy homogénea y sin grumos. Para asegurarte deja el accesorio de varillas y usa el tradicional de triturar.

Ya sólo tenemos que llevar al fuego (fuego medio-lento) hasta que empiece a espesar al cabo de 5 o 6 minutos y retiramos en cuanto tenga la textura que buscamos (debe quedar un poco espeso).

Cremoso de caramelo:

Corta la mantequilla en trozos pequeños y bátela, a mano o con una batidora eléctrica a baja velocidad, hasta que esté cremosa. Añade el azúcar glasé, una cucharada de cada vez para evitar que vuele por todas partes. Bate hasta que la mantequilla y el azúcar glasé estén totalmente integrados. Incorpora el sirope de caramelo y bate hasta que sea una crema homogénea.

Bizcocho de chocolate:

Fundir el chocolate con la mantequilla, aproximadamente 1 minuto. Añadirle a lo anterior el azúcar, la leche, la harina, la levadura, la esencia de vainilla; y batirlo todo muy bien hasta que se integre. Finalmente añadirle el huevo y volver a batir todo.

Verter en un molde cuadrado pequeño y meter al horno durante 15-20 minutos a 170º. Cuando esté horneado sacar y reservar.

Finalmente montamos nuestro postre. En la parte más baja de la copa ira el cremoso de caramelo, a continuación el bizcocho de chocolate que lo habremos partido en 6 porciones (una para cada copa), siguiendo la crema de vainilla (unas 2 cucharadas y medias por copa) y para rematar rompemos un poco el crumble y los espolvoreamos por encima. Listo