Un par de horas antes de la preparación sacamos la mantequilla del frigorífico y esto dependerá de la época en la que estés haciendo las galletas, si es verano te vendrá de lujo el calorcito pero si hace frío tendrás que meterla un segundo en el microondas para que se ablande porque necesitamos que esté en pomada.

Batimos la mantequilla con el azúcar hasta que queden bien mezclados ambos ingredientes y quede cremoso.

En un bol, tamizamos la harina con el cacao, la sal y el bicarbonato e incorporamos la mezcla de mantequilla y azúcar, se integra todo bien y añadimos las yemas de huevo, se echará una, se integra y se echa la segunda integrándola igualmente y veremos si necesita la tercera yema, esto dependerá del tamaño de los huevos.

Pasado el tiempo de reposo volcamos la masa sobre papel vegetal, encima otro papel y pasamos el rodillo hasta conseguir una plancha fina de unos 2 milímetros de espesor.

Encendemos el horno a 180 ◦ con calor arriba y abajo. Colocamos en la bandeja de horno el papel que habíamos usado para poner encima de la masa.

Y ya tienes galletitas para merienda o ese cafelito de sobremesa.

Que las disfrutéis.