Caramelizamos un molde por las paredes y el fondo con caramelo comprado o casero a nuestra elección.

Ponemos una olla a fuego medio y vertemos la leche reservando un tercio para disolver el flan, incorporamos el queso crema y la nata, esperamos a que comience a hervir removiendo de cuando en cuando hasta que sea una mezcla sin grumos.

Mientras tanto disolvemos el sobre para flan en la leche que hemos reservado, mezclamos bien y reservamos hasta que la mezcla de la olla este caliente (el preparado para flan que yo he usado ya está con el azúcar incorporado, si el vuestro es sin azúcar incorporar a la olla unos 100 a 150 gramos de azúcar según lo dulce que queráis).

Cuando la mezcla de la olla esté a punto de hervir vertemos el flan diluido en la leche fría y sin parar de remover esperamos a que comience a hervir de nuevo, probamos de sabor y rectificamos de dulzor si nos gusta más dulce.

Tapamos el molde inmediatamente con papel film o con una tapadera hermética y dejamos enfriar a temperatura ambiente, después lo pasamos a la nevera unas 3 a 4 horas o mejor de un día para el otro.

Cuando la mezcla con el flan ha hervido apagamos el fuego y la vertemos en el molde caramelizado, le colocamos lo sobaos encima y los hundimos en el flan ligeramente.

¡Probadlo os va a encantar!

Pasado el tiempo o desmoldamos colocando una bandeja sobre el molde y volteándolo como una tortilla, esperamos un instante a que caiga por sí solo, retiramos el molde y lo decoramos a nuestro gusto, listo para disfrutar.