Desde pequeña he mamado consciente como inconscientemente el arte de mi madre en la cocina. Hoy, ya siendo adulta, traslado las buenas prácticas aprendidas y esos pequeños detalles que hacen que cada plato sea distinto y muy personal para quien lo cocina. Combinación de la tradición aprendida e innovación añadida con, por qué no decirlo, bastante de intuición. ¡Al ataquerr!