En un recipiente pequeño colocar la levadura, las cucharadas de aceite y azúcar y parte de la leche tibia. Mezclar y tapar. Esperar unos minutos hasta que fermente.

Estirar la masa en forma rectangular y dividirla en tres partes (marcar, no cortar). Distribuir la manteca pomada en la parte central y cubrir con los extremos superpuestos.

Estirar nuevamente la masa y formar un rectángulo más largo, marcar la mitad y doblar los extremos. Cuando los extremos se juntan en la mitad del rectángulo, doblar como un libro. Quedan cuatro capas de masa.

Llevar la masa a la heladera, tapada, hasta que esté fría (aprox. 30 minutos). Aceleré los tiempos y la llevé al freezer por 10 minutos.

Repetir los pasos 3, 4 y 5. Repetí dos veces.

Cocinar en horno moderado precalentado por alrededor de 15 minutos, depende de cada horno. Una vez fríos, espolvorear con azúcar impalpable.

En mi caso, duran dos días y antes de consumirlos los caliento en una tostadora. ¡Quedan más ricos!