En un bol batir la mantequilla y el azúcar glas durante 3 minutos con batidora o 7 minutos manualmente hasta obtener una mezcla clara y cremosa. Añadir el huevo y la esencia de vainilla e integrarlos a la mezcla.

Incorporar la harina de a poco uniéndola a la mezcla. No amasar. Dividir la masa en tres porciones y colocar cada porción de masa sobre un rectángulo de papel vegetal. Aplastarlas y envolverlas con el papel. Dejarlas enfriar en la nevera unas 6 horas como mínimo. Al enfriarse la masa será más fácil trabajarla para hacer las galletas.

Una vez fría la masa estirarla sobre el mismo papel vegetal con un rodillo espolvoreado con harina. Cortar rectángulos de igual tamaño y grosor con un molde de galletas que tenga esa forma o con un cuchillo. Con una espátula levantar las galletas y colocarlas en una asadera con papel vegetal. Dejarlas enfriar 15 minutos en la nevera antes de cocinarlas.

Hornear las galletas en horno precalentado a 180 g de 8 a 12 minutos. Retirarlas cuando comiencen a tener un dorado muy suave en los bordes.

Dejarlas enfriar y conservarlas en recipiente hermético.

Preparar el glaseado batiendo en un bol el azúcar glas, la clara de huevo y la esencia de vainilla. El glaseado debe quedar ligeramente firme para que puedan cubrirse las galletas empleando manga pastelera. Si quedara un glaseado espeso añadir gotitas de agua hasta obtener la consistencia deseada.

Dividir el glaseado en dos compoteras y añadir colorante negro a una mitad. Con la cantidad de masa obtenida en la receta salen de 15 a 20 galletas, aproximadamente, según el tamaño de los rectángulos. La mitad de galletas se cubrirán con glaseado blanco y la otra mitad con glaseado negro.

Dejar que el glaseado se seque durante un día.

Con el mismo glaseado dibujar los ojos (con forma de X) y la boca a cada galletita que caracterizan a Marshmello. Se puede emplear la misma manga o un pincel.

Dejar secar completamente y a disfrutarlas 😋