Lavamos bien los berberechos bajo el grifo. Los introducimos en un bol con abundante agua y le añadimos los gramos de sal semejantes al agua marina unos 60 gramos por litro de agua. Las dejamos ahí al menos 2 horas, para que expulsen la arena que puedan traer.

Cortamos el pulpo en rodajas, picamos la cebolla en dados muy pequeños y el ajo finamente.

Ponemos una cazuela ancha apropiada para la receta a fuego medio, con un chorro de aceite y sofreímos el ajo, las guindillas y la cebolla. Una vez pochado le añadimos la harina, rehogamos, mezclamos y cocinamos un par de minutos.

Retiramos un momento del fuego la cazuela para añadir el pimentón, mezclamos bien procurando que no se queme. Ponemos de nuevo la cazuela a fuego, le añadimos la copa de vino y vamos añadimos un poco del agua de la cocción del pulpo. Removemos y mezclamos y vamos añadiendo agua del pulpo hasta conseguir el espesor de la salsa que nos guste.

Añadimos ahora los berberechos a la cazuela, le subimos el fuego a medio-fuerte y la tapamos con la tapadera, para que se abran.

Añadimos ahora a la cazuela el pulpo y meneamos la cazuela para que se repartan uniformemente, tapamos y dejamos a fuego un par de minutos. Lista la receta dejamos reposar otros cinco minutos. Emplatamos y listo para comer.