Se disuelve la levadura con el agua tibia. En un bol se coloca la harina y la sal. Se vierte el agua y se mezcla. Yo lo hice con mi Kichenaid, luego lo pasé a la mesa y amasé a mano hasta que que la masa se viera suave y elástica. Se forma una bola con la masa.

Se coloca la masa en un bol aceitado, se tapa con papel plástico y se deja que doble su tamaño en un lugar tibio y sin corrientes de aire.

Se aplana con el rodillo y se corta en cuatro. Cada una se dobla por la parte más estrecha y se le da la forma. Se coloca en una plancha de hornear sobre papel de horno al que se le hacen unos pliegues para que no se peguen unos a otros.

Se le hacen unos cortes diagonales con un cuchillo muy afilado. El mío no estaba bien afilado y no me quedaron bien. Se espolvorean por encima con un poco de harina para que se vean más rústicos. Se hornea en un horno precalentado a 180º C durante 25 o 30 minutos.