Primero hacemos la bechamel. En un cazo ponemos 500 ml de leche reservamos 100 ml para disolver la maicena, calentamos la leche con la mantequilla y la cucharadita de sal

Disolvemos la maicena en los 100 ml de leche y cuando comiencen a hervir la leche que tenemos en el cazo añadimos la leche con la maicena y removemos hasta que espese, nos quedará una bechamel liguera ni muy líquida ni muy espesa. Sacamos del fuego la tapamos y reservamos.

Cocemos los macarrones en una olla con abundante agua salada el tiempo que indique en el envase yo los deje 10 minutos tienen que quedar al dente ya que luego aún van al horno. Los escurrimos en un colador y le pasamos un chorro de agua fría para detener la cocción y nos queden sueltos. Reservamos.

Vamos con la salsa de tomate y atún. En una cazuela ponemos 3 cucharadas de aceite de oliva y añadimos la cebolla y el ajo rallados, sofreímos un minuto.

Añadimos el tomate frito y la salsa napolitana y un poco de orégano, dejamos calentar la salsa hasta que comiencen a hervir.

Ahora añadimos el atún previamente escurrido del aceite que trae, removemos y dejamos que se caliente durante 1 o 2 minuto.

Pasado ese tiempo apagamos y ya tenemos lista la salsa.

En un molde par el horno ponemos unos pocos de macarrones y unas cucharadas de la salsa y mezclamos.

Añadimos sucesivas capas de macarrones y salsa.

Ponemos la salsa bechamel encima de la última capa de macarrones y salsa de tomate.

Ponemos el queso rallado encima de la bechamel y listo.

Llevamos al horno previamente precalentado a 200 grados calor arriba y abajo unos 10 minutos. Luego ponemos solo el gratinador hasta ver tostado el queso. A mi me gusta que no quede muy tostado el que pero eso ya al gusto de cada uno.

Llevamos a la mesa y listo para comer!!

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