Vamos a escaldar los tomates para poder pelarlos bien. Los metemos 20 segundos en agua hirviendo y, transcurrido ese tiempo, los sacamos a una fuente con agua muy fría o con hielo.

Pelamos, Descorazonamos y les quitamos las pepitas. Los restos de quitarles las pepitas los reservamos en una fuente.

Una vez que tengamos los botes bien llenos de trozos de tomate, echamos el líquido encima, nos aseguramos que, este líquido rellene todos los huecos y que no quede ninguna burbuja de aire o se nos estropeará la conserva. El líquido tiene que llegar casi hasta el borde.

Echamos un chorrín de aceite para que cubra hasta el mismo borde, les ponemos las tapa y nos aseguramos que estén bien cerrados. Tras ello, para cerrarlos al vacío, los metemos al "baño maría" que es meterlos en una olla en la que entren holgadamente los tarros, ya que hay que echarles agua hasta que los cubra.

Llevamos a ebullición y la mantenemos a fuego medio, para que no sartén mucho los tarros, choquen y se rompan. Los dejamos así 30 minutos. Finalizado ese tiempo, quitamos la olla del fuego y dejamos que se enfríen dentro (no sacarlos ya que, además de quemarnos, podrían estallar por el cambio de temperatura). Cuando ya haya enfriado lo suficiente para poder meter la mano, los sacamos y los dejamos que enfríen totalmente.

Truco: En el fondo de la olla ponemos un paño para evitar que choquen contra el suelo, de esta forma nos aseguramos que no rompen y no hacen un ruido espantoso cuando está hirviendo al chocar contra el fondo o entre sí.

TRUCO 2: Yo, una vez que ya he sacado los tarros de la olla, los pongo boca abajo porque aseguro plenamente que se haga el vacío.

TRUCO 3: 🤔🤔🤔 No, no hay truco tres. 🤷‍♀️

Ya sabéis: Veganízate!!! 😉👍