Hervimos la pasta en agua y sal según el tipo de pasta que sea, yo he utilizado "galets", se llaman así aquí en Catalunya, en español sería la pasta llamada "tiburón". Para las ensaladas yo creo que las mejores pastas son las que pueden "atrapar" dentro el resto de los ingredientes y aliño, así que por ese motivo prefiero utilizar este tipo de pasta.

Los tomates los pelamos, o si no queréis no, pero yo los pelo siempre porque a la hora de comer se agradece, y los cortamos a cuadritos. El queso de igual modo lo cortamos a cuadritos. Las olivas yo las suelo poner sin hueso y partidas por la mitad, esto es lo mejor, pero hoy precisamente no las tenía sin hueso al ir a hacer la receta y las he tenido que poner con hueso y enteras.

En un bol o ensaladera ponemos, la pasta ya hervida y escurrida, los tomates, el queso, y las olivas.

Ahora preparamos el aliño que será un aceite de albahaca, para ello ponemos en el vaso de la batidora unas 15 o 20 hojas de albahaca fresca (en esta receta no sirve seca, la diferencia es la que marca el delicioso y sabroso resultado final), sal y pimienta negra recién molida al gusto y abundante aceite de oliva virgen extra. Batimos todo bien hasta conseguir una mezcla homogénea y con la albahaca bien triturada.

Aliñamos la ensalada con este aceite y removemos bien para que el aliño se reparta bien por todos los ingredientes. Nada más, ponemos en la nevera hasta el momento de servir bien fresquita, una ensalada buenísima y refrescante. Si utilizáis albahaca fresca y unos tomates llenos de sabor el resultado es espectacular!