En mi fanatismo por la cocina, mi último día por Santiago de chile, me fui a vitrinear ingredientes que no he visto por estas tierras australes, y compré las cosas semiexóticas (para mí) que encontré y que podía traerme. Entre eso compré estas pack choi y me encantaron!

La freidora de aire aquí ha sido mi inspiración. Freír el pan para esta sopa sale mucho más ligero si se utiliza este aparato. Siempre me ha parecido una receta grasienta, hasta ahora.

Hoy, para combatir el frío y aprovechar el caldo de verduras que guardé de la que hice para saltearlas con jamón y huevo el otro día, he llevado al trabajo en un termo de sólidos esta sopa con un huevo escalfado. La verdad que todo se puede llevar y lo dice una que tiene que comer de tapers casi todos los días.

Para estos días de frío es una receta ideal.

Después de tantos días de fiesta no esta mal tomar algo sencillo y ligero como esta sopa.

La famosa sopa castellana, la llamo sopa de ajo en honor a mi abuela de quien aprendí a hacerla (y como la llamaba ella). Sencillita y deliciosa#mirecetario

En la cocina madrileña influyó el régimen de las botillerias, cafés y tabernas, donde buena parte del vecindario. Los platos sencillos y rápidos eran los preferidos de los cocineros y los que figuraban siempre en las listas de platos del día. Además, la sopa de ajo era el consumo más económico de servir al público. No se le atribuían virtudes terapéuticas hasta que más tarde la categorizaron como recetas de médico, recomendada para la cena de personas mayores. Sin embargo, lo que no sabían nuestros literarios del pasado siglo, que fueron grandes consumidores de sopa de ajo, lo proclamaba el pueblo del Bajo Aragón en una letrilla refranera que dice así, y que conocia Ricardo de la Vega cuando compuso su receta, en verso, de las sopas de ajo:Siete virtudestienen las sopas:quitan el hambre,y dan sed poca.Hacen dormiry digerir.Nunca enfadan,siempre agradan.Y crian la caracolorada.La cara colorada ha sido siempre para el pueblo español la señal cierta de buena salud.Alejandro Dumas comió las sopas de ajo con enorme prevención y le parecieron bien. Copió la receta que le dieron y la divulgóen Francia, salvo que en su horror al aceite preceptuó en su receta la grasa, sin precisar cuál debía emplearse. Dumas redujo su preceptuación a la más extrema simplicidad, llegando a suprimir el pimentón, que aún no se vendia en Francia; pero no todos los cocineros proceden del mismo modo.#orígenes

De las recetas tradicionales quizá sea la que más se ha utilizado en todos los hogares, unas veces por necesidad y otras porque era muy fácil de cocinar.Actualmente podemos decir que la hacemos por capricho, o porque nos recuerda sabores de antaño, de todas formas está muy buena.

Mi madre me la hacía de pequeña, sobre todo cuando me ponía malita y hoy en día, es una sopa que me encanta y la cocino para mi familia. Espero que os guste!! 😍😍🤗🤗