Derretimos la mantequilla en el microondas, y mezclamos con las galletas trituradas hasta obtener una pasta manejable. Si queremos que la base tenga más grosor únicamente tenemos que poner más galletas y más mantequilla.

Untamos las paredes del molde con mantequilla para que sea más fácil sacar la tarta.

Una vez terminado esto introduciremos el molde en la nevera mientras seguimos con el resto de la receta.

Ponemos en un cazo el queso tipo Philadelphia la nata para montar el azúcar a nuestro gusto y el sobre de gelatina. Vamos calentando a fuego suave y removiendo constantemente para que el queso se integre con la nata y no queden grumos.

Lo llevamos a ebullición y cuando empiece a hervir retiramos del fuego.

Esperamos unos minutos y vertemos el contenido del cazo en el molde que teníamos en la nevera. Tendremos cuidado de no romper la base que habíamos puesto anteriormente, aunque al estar fría estará bastante consistente

Una vez que esté todo solidificado le añadiremos en la parte superior mermelada del sabor que más nos guste. Con frambuesa queda deliciosa.