Coloca la crema en un bowl o bandeja y tápala con film en contacto con la crema. Reserva sin refrigerar. Precalienta el horno a 180°C. Corta las manzanas en finas rodajas. Yo usé mandolina, pero puedes hacerlo con un cuchillo muy afilado. Mientras más finas mejor podrás manejar la masa al rellenarla. No importa si te quedan láminas partidas, porque irán unas encima de las otras. Exprime algunas gotas de limón sobre éstas para que no se oxiden. Reserva.

Divide y corta la masa en 3 tiras a lo largo. Coloca encima de cada una un poco de crema pastelera y sobre éstas las manzanas dejando al final 3 centimetros aproximadamente de masa sin cubrir.

Dobla cada tira de abajo hacia arriba cubriendo un poco más de la mitad de las manzanas. Ahora toma la primera de las tiras por la punta y enróllala sobre si misma, como una flor; colócala en medio de una bandeja que hayas pincelado con mantequilla. Pincela también las paredes externas de la masa para que al unir las otras tiras se adhieran. Toma la segunda tira y envuélvela alrededor de la primera, presiona un poco para que se una bien. Repite lo mismo con la tercera lámina.

Yo coloqué un molde en forma de aro sobre la bandeja para contener la masa. Tambien puedes hacerlo en un molde de torta mediano. Hornea a 180°C por 18 min. Calor arriba y abajo. Depende de la potencia de tu horno, pero no dejes que la tarta se dore mucho. Retira y deja enfriar, añade por encima las nueces, si deseas espolvorea un poco de azúcar glass. Disfrútala!!!