Primero limpiamos las pechugas de pollo de grasilla o huesitos que puedan quedar y la picamos en trozos pequeños. La mezclamos con la salsa de soja y la dejamos unos 10 minutos macerando.

Ahora añadimos la pimienta, pimentón y el chile, y trituramos hasta crear una pasta. Agregamos la mozzarella y volvemos a triturar todo bien.

Con el de la harina vamos ayudándonos para hacer bolitas tipo albóndigas pero de un tamaño un poco más pequeño, y chafamos dejándolas de un grosor de poco menos de 1 cm. Las pasamos por harina y yo además le hago en un extremo una puntita, para que sea un nugget 💯!!

Este es el grosor que quedaría más o menos. Cuando los tenemos todos en un plato nos ponemos a seguir con la parte final del rebozado.

Vamos pasando uno a uno por huevo y tras ello por la avena.

De nuevo los pasamos todos a un plato y se podrían congelar los que no se vayan a comer ese mismo día, además quedan genial después de ello. Calentamos una sartén con abundante aceite caliente y los vamos friendo por ambos lados hasta que estén doraditos. Una vez fritos, los ponemos encima de un papel absorbente para que coja el exceso de aceite y ya podremos comerlos. Riquísimosss!