Me dijeron que para dejar más jugosas los filetes de pechuga de pollo los dejara macerando con zumo de naranja en la nevera 24-48 horas. Me dispuse a ponerlo en práctica. Tenía pechugas enteras y como no se sacar filetes, los corté en tacos alargados al estilo “french fríe”. Cubrí el pollo generosamente con zumo de naranja, lo sazoné con sal y comino (una costumbre muy marroquí en mi cocina para cualquier plato) y como todos los buenos inventos, cometí un grave error, en lugar de comino le eché generosamente canela. Lo advertí enseguida por el olor, pero ya había caído en el macerado, así que lo dejé estar, no tenía mala pinta. Y resultó exquisito.