Mezclar los ingredientes secos: harina integral, almendra molida, canela molida, nuez moscada, jengibre, levadura y bicarbonato. Remover bien y reservamos.

Separar las claras de las yemas. Reservar las claras.
Romper las yemas y batimos ligeramente, añadir la crema de dátiles. Batir hasta integrar.

Seguiremos añadiendo el resto de ingredientes líquidos: vainilla, aceite de oliva suave o girasol. Batir hasta tener una mezcla homogénea.

En este punto añadir los ingredientes secos que teníamos reservados, poco a poco y mezclando bien entre tanda y tanda. Debemos asegurarnos que está todo bien integrado. Reservamos.

Ahora vamos con las claras, añadir la pizca de sal y batir hasta tenerlas a punto de nieve.

Unir las claras montadas con las mezcla reservada. Poco a poco y con movimientos envolventes. En este paso hay que tener paciencia ya que la masa es muy densa y nos costara un poco, pero nos servirá para igualar densidades.

Una vez tengamos una mezcla homogénea, añadir la zanahoria rallada. Mezclar con espátula hasta integrar.

Preparar el molde, engrasas con aceite y cubrir con papel de horno. También precalentamos el horno a 180ºC. Volcar la masa en el molde.
Hornear a 175ºC unos 60 minutos (según cada horno). Comprobar con un palillo que esté hecho y dejar enfriar en una rejilla.

Por último decorar la tarta como más te guste. Yo sólo he puesto el frosting encima del bizcocho y remato con unas nueces y pistachos un poco picados.
Pero puedes abrir el bizcocho por la mitad, poner una capa de frosting en medio y después rellenar la superficie a tu gusto...

MUY IMPORTANTE una vez que termines con la decoración déjala un par de horas en el frigorífico para que la crema coja cuerpo.