El primer lanzamiento del sistema Starship —el cohete más grande de la historia— alcanzó los 39 kilómetros de altura antes de ser destruido.
El jueves pasado fuimos testigos del lanzamiento del cohete más grande, pesado y potente de la historia. Elon Musk ya había declarado que cualquier resultado que llevase al cohete lejos de la torre de lanzamiento, sería un éxito. Y, efectivamente, la primera misión del sistema Starship consiguió alejarse de la rampa, pero el resultado final fue agridulce teniendo en cuenta que el vehículo tuvo que ser destruido.
60 segundos tras el despegue, ya eran 5 los motores apagados. En ese momento, a casi 9 km de altitud y a unos 900 km/h, el cohete se internó en la zona de máxima presión dinámica.
A los dos minutos de misión, ya era evidente que el cohete estaba rotando sin control.
De acuerdo con la telemetría, el cohete alcanzó los 39 km de altura y superó los 2.000 km/h, antes de comenzar a descender y disminuir su velocidad. El conjunto dio varias vueltas, durante las cuales, y contra todo pronóstico, la Starship no se separó del Super Heavy. A los 3 minutos y 59 segundos, cuando el vehículo estaba a unos 29 kilómetros de altitud, se activó el sistema de terminación de vuelo de forma automática y, se desintegró el conjunto.

(Sumamos esta receta a la temática: Revista
Cookpad de mayo).

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