Hemos comenzado este mes algo estresados, a pesar de que el fin de semana pasado, nos escapamos a Asturias y que mi hermana va muy bien, las obras que tenían que haber comenzado (y terminado) en junio, han empezando, justamente, hoy. Tras años de intentos fallidos hacia la energía renovable, por fin, nos están instalando las placas solares y la geotermia.
Como decía, hoy han comenzado, pero como diluvia, han decidido comenzar por los pozos (dos de 90m cada uno). Así que el café antiestresante con “mis mujeres”, era necesario, urgente y totalmente merecido. Como la llamada de emergencia fue a deshoras, decidimos quedar por nuestra zona, además tuve suerte, llegue sin atascos y encontré sitio donde aparcar a la primera —lo que en gallego es: foi chegar e encher—. El lugar: una terraza con vistas al Atlántico. Las bebidas: bien frías. La compañía: sólo tres —con mi hermana enojada de nuevo y es que se pelea hasta con Siri: hoy, por ejemplo, condujo hasta el café, y para llegar antes, le pidió indicaciones a la “simpática” Siri, pero ésta (con su vocecilla irritante) sólo le contestó que debía dirigirse hacia el Este; mi hermana, que tiene contestación hasta para una IA, le replicó que sólo necesitaba saber que desvío tomar, que los puntos cardinales eran para la brújula—… Las risas: infinitas (como deben ser).
PS: El que planta árboles sabiendo que nunca se sentará a su sombra, ha comenzado a entender el sentido de la vida.

#mycoffeetime