En Thermomix:

Colocamos la mariposa y procedemos a blanquear los huevos. Para ello ponemos los huevos y el azúcar y programamos 3 minutos a 37º a velocidad 4. Después volvemos a programar 3 minutos a velocidad 4 sin temperatura. Incorporamos el chocolate fundido y la vainilla líquida y mezclamos todo durante 10 segundos a velocidad 3. Quitamos la mariposa y añadimos la harina, la levadura y la sal durante 20 segundos a velocidad 6 hasta conseguir que se haya mezclado todo bien.

La masa resultante la envolvemos en papel transparente y la llevamos al frigorífico durante 1 hora.

Precalentamos el horno a 200º C. Sacamos la masa del frigorífico y vamos haciendo bolitas no más grandes que una nuez, las rebozamos por el azúcar glas, y las vamos colocando en una bandeja de horno forrado con papel sulfurizado.

Éste trabajo podemos dejárselo a los más peques de la casa, que les encanta jugar con las masas.

Horneamos de 10 a 12 minutos a 200ºC. Es importante controlar el tiempo para que no se nos pase. El secreto de esta galleta es que quede durita por fuera y muy tierna por dentro.

Galletas perfectas para los amantes del chocolate. Además podemos probar a hacerlas con chocolates más puros y negros, de al menos 70% de cacao y el sabor subirá de intensidad.

Como advertencia os diré que son altamente adictivas. Las podemos guardar en cajas y nos durarían varias semanas perfectamente, aunque os confieso que en casa no duran ni un par de días. ¿Os animáis a probar?