Los huevos de codorniz tienen un alto contenido en vitaminas y minerales (calcio y magnesio). A pesar de su pequeño tamaño, su valor nutricional es de tres a cuatro veces mayor que el de los huevos de gallina. Proporcionan salud a nuestra memoria y refuerzan nuestro sistema inmune. En los niños previenen infecciones. Son dietéticos y curativos, los médicos chinos en la antigüedad los usaban para curar el asma y enfermedades de la piel.

Para este montadito vamos a utilizar lonchas finas de jamón serrano, que previamente pasaremos por la sartén para darles un punto crujiente. El huevo procuraremos hacerlo con puntillas en los bordes, toda una tentación.

Ya solamente tenemos que tostar ligeramente el pan y freír el huevo con unas gotitas de aceite de oliva virgen y una pizca de sal, teniendo cuidado de que no se haga demasiado la yema para que se nos deshaga en la boca. Y a disfrutar de este excelente bocado. ¡Buen provecho a todos!