Activamos la levadura en una taza de agua tibia, con las 2 cucharadas de azúcar y una pizca de harina. Disolvemos todo y reservamos tapado hasta que fermente, quedando espumosa.

Ponemos la harina en forma de volcán, con la margarina en el centro y la sal espolvoreada por fuera de la corona.

Una vez listo el fermento, lo vertemos en el centro de la corona y vamos integrándolo de adentro hacia afuera, para posteriormente amasar enérgicamente hasta obtener un bollo suave, liso y elástico. Dejamos levar tapado de 30 minutos a 1 hora en lugar cálido. Si te sobra el tiempo, podés dejarlo un rato más.

Ponemos a precalentar el horno a 180º. Armamos nuestros bollos (recuerden que si lo hicimos bien, crecerán hasta el doble de su volumen) y llevamos a placa enmargarinada. Humedecemos un poquiiito la superficie de los pancitos y colocamos las semillas sobre los mismos presionando apenas para que se peguen. Dejamos reposar unos 20 minutos más, tapados, mientras se calienta el horno.

Llevamos al horno 25 minutos para obtener un pan suave y esponjoso, o 30 para uno un poco más doradito. Podés darle la forma que quieras, si hacés pan de pancho, recomiendo hacerlo un tamaño poco mayor que la salchicha que ha de albergar, pues levan un montón si les das los tiempos. Dejamos enfriar un poco, y listos para disfrutar n.n

Yo me hice alto sanguche de chorivegano. Sé que a veces puede ser 'amenazante' la idea de darle tiempo a una masa en recetas que no son tan rápidas, digamos, pero vaya que vale la pena. Yo suelo amasar antes de arrancar con alguna tarea previa a la cena que sé que me va a llevar tiempo. La dejo leudando, y luego armo los pancitos y al horno. Una vez que te acostumbrás, lo hacés en un toque. A animarse!