En un bol vamos a poner la harina, el azúcar, la levadura en polvo y la sal.

Pesaremos la mantequilla, no os olvidéis de que debe de estar fría. La cortaremos en dados y la pondremos en el bol de los ingredientes secos. Mezclarlo todo con la mano. Nos quedará una mezcla “harinosa”.

En un bol diferente vamos a mezclar la nata para montar (líquida), el huevo y la esencia de vainilla.

Ahora añadiremos la mezcla líquida a la de los ingredientes secos. Lo mezclaremos todo con un tenedor primero y después lo amasaremos con la mano.

Pesaremos los frutos rojos, los chips de chocolate blanco y los añadiremos a la masa. Mezclarlo con la mano también hasta que estén bien repartidos. Formar una bola.

Encenderemos el horno, 180º C 🇪🇸 o 380F🇺🇸. Pondremos papel vegetal sobre una bandeja de horno, pondremos la bola de masa en el centro y la aplanaremos creando un círculo de un diámetro de 20 cm🇪🇸 o 7inch🇺🇸. Ahora pondremos la bandeja en el congelador por unos 15 minutos para que la masa endurezca y podamos cortarla sin que se nos pegue con lo que vayamos a cortarla.

Una vez la tengamos vamos a cortarla en 8 partes iguales. Podéis hacerlo con un cuchillo afilado o con un cortador de masa (como hago yo).

El siguiente paso es separarlas entre sí para dejar espacio para cuando crezcan mientras se están haciendo en el horno.

Ahora vamos a “pintarlos” con un poquito de nata para montar y ya podemos meterlos en el horno! Estarán unos 40/45 minutos. Calor abajo sólo y cuando veáis que se os empiezan a dorar podéis sacarlos. Veréis que bien huele toda la casa mientras se están haciendo! 😍😋

Podéis dejarlos sobre la misma bandeja para enfriar o ponerlos sobre una rejilla. Y si queréis probar uno ya, podéis hacerlo, están buenísimos tal cual!😉

Una vez los tengamos fríos prepararemos el glaseado. Yo los he hecho dos veces ya, una les hice el glaseado con leche y la otra con nata, pero me ha gustado más el de con leche. Mezclaremos en una taza o en un bol pequeño el azúcar glass, la leche y la esencia de vainilla. Que os quede espesito, no tengáis miedo!

Repartirlo sobre el scone con una cucharita y dejarlo secar.

Así me quedó cuando lo hice con nata. Queda más blanco y además me quedó más espeso. Aunque haya puesto cantidades tenéis que ver cómo queda la textura e ir jugando con el azúcar glass y lo que prefiráis, si nata o leche.

Así queda el interior del “scone”: