En primer lugar cocinaremos la pasta. Hervimos agua con un poco de sal y unas hojas de laurel y la cantidad de pasta que deseéis. Para dos personas, en casa, gastamos 200-250 gr. Cuando la tengamos hecha, escurrimos el agua y reservamos. En un cazo o sartén calentamos un chorrito generoso de AOVE, comenzamos a sofreír el ajo y la cebolla, cuando ya empiece a pocharse, añadimos el bacon cortado a tiras finas.

A continuación, añadimos el chorrito y el tomate deshidratado también cortadito a trocitos (la gusto, a mí me gusta todo más pequeñito). Seguidamente, añadimos el puerro y por último añadimos el pimiento rojo. Es importante cocinar a fuego suave e ir removiendo constantemente para que se integren todos los ingredientes, se cocinen bien y no se peguen.

Ahora añadimos los macarrones al cazo o sartén donde estemos preparando la mezcla y movemos bien durante unos 4-5 minutos. Apagamos el fuego y dejamos reposar en el mismo. Mientras iremos precalentando el horno a 190° durante 10 minutos. Cortaremos unas tiras de queso y engrasaremos una fuente o molde. Retiramos el cazo del fuego y volcamos los macarrones en la fuente, espolvoreamos un poco de queso en polvo Grana padano y colocamos las tiras de queso curado que habíamos cortado, por encima.

Metemos al horno durante 40 minutos o hasta que las puntas de los macarrones empiecen a tostarse 🤤🤤🤤.