En un bol colocar la levadura, una cucharada de azúcar, una cucharada de harina y la leche tibia. Mezclar hasta disolver bien todo y dejar reposar aproximadamente 20 minutos o hasta que la levadura active y duplique el tamaño.

Por otro lado, mezclar la harina con la sal y el resto de azúcar.

Una vez que la levadura este activa, la mezclamos con los huevos y la esencia de vainilla.
De a poco vamos integrando los secos hasta más o menos formar la masa.
Una vez que la masa ya está más o menos formada, incorporamos la manteca y amasamos enérgicamente aproximadamente 15 minutos. Va a parecer que no se va a integrar pero si se sigue amasando se logra.

Cuidado de agregarle demasiada harina en el amasado porque eso puede hacer que nuestro pancito no sea tan esponjoso.

Una vez integrado todo, añadir el relleno de su preferencia. Amasar y dividir el bollo en dos.

Armar los dos bollitos y colocarlos en moldes de 500 g, tapar y dejar descansar hasta que multipliquen el tamaño, aproximadamente una hora.

Hornear a 150°C por 30-40 minutos, o hasta que esté dorado.

Para el glaseado real, batir con batidora eléctrica la clara, el azúcar y el limón hasta lograr la consistencia de un merengue.

Una vez fríos, decorar como más les guste y a disfrutar.
Tiene una miga muy esponjosa y húmeda, muy sabrosa y el dulzor es bastante suave.