Separa las galletas y la crema y colócalos en dos boles diferentes. Trituramos las galletas en la picadora. Lo mejor es triturar primero una mitad y luego el resto. Cuando estén totalmente picadas, reserva dos o tres cucharadas soperas de galletas oreo picadas, que emplearás luego. Tamiza las galletas trituradas de la decoración para asegurarte de que el polvo de galleta es lo bastante fino.

Añade la mantequilla derretida a las galletas trituradas y mezcla bien hasta que la galleta quede empapada completamente. Pasa la mezcla al molde para tartas y repártelo bien con la espátula cubriendo toda la base. Ayúdate con una espátula, lengua o vaso para conseguir una capa lo más lisa y uniforme posible. Métela al frigorífico para que la mantequilla se endurezca de nuevo.

En un bol o cazo con agua fría, sumerge las láminas de gelatina para hidratarlas, antes de empezar a preparar la crema de queso

Coloca un cazo al fuego y calienta la leche. Cuando esté caliente sin que llegue a hervir, añade la gelatina bien escurrida y remueve con las varillas hasta que se disuelva. Incorpora a continuación el queso crema al cazo. Remueve hasta que quede integrado por completo. Una vez integrado, retira del fuego y añade la crema de las galletas oreo, que habíamos reservado al principio. Bate con unas varillas manuales y reserva.

Vierte la nata o crema de leche (crema para batir) en un bol y añade el azúcar. Para montar la nata con las varillas. Comienza con una velocidad baja porque salpica mucho y poco a poco ve aumentando la intensidad. Cuando la nata te haga dibujo y espese deja de batir o podría cortarse. Ya está la nata montada.

Pon la crema de queso que se habrá enfriado un poco, en un bol y añade una cucharadita de esencia de vainilla (opcional). La esencia de vainilla tiñe un poco el color blanco de la tarta. Incorpora poco a poco la nata con movimientos envolventes para evitar que pierda el aire que hemos introducido al montarla. Cuando la crema esté bien mezclada, viértela en el molde de tarta que habías reservado en la nevera

Mete de nuevo el molde a la nevera un mínimo de 8 horas para que la gelatina actúe y cuaje la tarta. (yo la dejo 24 horas) o de un día a para otro (1 noche)

Una vez bien fría, retira de la nevera y con la ayuda de un colador, cubre toda la superficie de la tarta con la harina de galletas oreo. Procura que quede toda la superficie uniforme y completamente negra, sin zonas blancas.

Para retirar del molde, ayúdate de un cuchillo para despegar el borde de la tarta. Las paredes se despegarán con facilidad.

Consejo u opción: Si te gusta con menos azúcar, puedes reducir la cantidad, incluso usar edulcorante porque, al no estar sometido al calor, no va a perder sus propiedades endulzantes.