El secreto de esta catastrófica receta está en el arroz y en sus condimentos. El proceso es riesgoso y tal vez no volvamos vivos para contarlo, pero es el siguiente: Sofreír una taza de arroz (Una cucharadita de aceite) y luego verter dos tazas de agua hirviendo. Debemos introducir los aliños: Paprika, Sal y la caluga de pollo (Lo demás es a tu elección) revolvemos y dejamos cocinar encima de un tostador durante 20 minutos a fuego lento.

Al mismo tiempo en que el arroz se está cocinando, es hora de preparar nuestro acompañamiento estrella: "La salsa de la hecatombe". Cortamos en trozos las vienesas, el ajo y la cebolla. Luego, de manera extrema, introducimos los ajos, esperamos que se sofrían y luego introducimos la cebolla, de esa forma sus jugos internos se mezclarán en una bomba de sabor y aroma. Al final de este paso, introduciremos las vienesas y dejaremos que el calor y la perfección hagan su trabajo.

Una vez que esta poderosa salsa haya adoptado un color tan exquisito que harán que queramos darnos un chapuzón en aquel mar de sabor, es momento de verter el sobre de la salsa de tomate y luego, con fuerza de mil caimanes del sur, revolvemos harta que adopte una textura suave y jugosa.

¡Y listo! Ahora solo queda dejar reposar el arroz unos cinco minutos (Para que los sabores y los aromas de nuestros condimentos queden ahí para siempre) y luego montar y disfrutar mientras se espera el inminente fin.
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¡Nos vemos!
Nunca se rindan.