Poner 4 Pimientos rojos en una bandeja metálica y ponerlos al horno a 170 grados, ir dándoles la vuelta para que se vallan asando por todas partes

Cuando estén bien asados sacar y dejar que se enfríen

Pelarlos y trocearlos, primero se saca la cabeza para que salgan todas las pepitas posibles, después se les pela bastante bien haciéndolo desde la parte de atrás, una vez limpios de pepitas y de alguna hebra que suelen tener en las juntas donde hacen las curvas los pimientos los partimos en trozos pequeños

Picar 3 ajos en trozos muy pequeñitos y añadirlos

Añadirle el aceite la sal y el vinagre, como decía arriba un chorro largo de aceite, aunque no demasiado largo, un chorro corto de vinagre pues si le echamos mucho saldrán muy fuertes y la sal al gusto y remover todo bien, no quitarle el jugo que van soltando los pimientos, este se sirve del tiempo, pero es mejor dejarlo de un día para otro para que coja bien todos los sabores