Lo primero será limpiar los boquerones y quitarles la espina, de manera que se queden abiertos, los lavamos muy bien con agua debajo del grifo y los ponemos en un recipiente con cubitos de hielo y agua que los cubra, los dejaremos así unos 10 minutos, esto lo hacemos para que suelten sangrecilla y así quedarán más blancos.

Transcurrido ese tiempo, los secamos, los disponemos en un recipiente bien colocados y los congelamos durante un mínimo de 48 horas, este proceso es importante ya que el pescado lo tomaremos crudo y hay que erradicar cualquier parásito que pueda tener.

Transcurridas las 48 horas, los colocamos en un recipiente con vinagre que le cubra, un puñado de sal gorda, 3 dientes de ajo machacado y una hoja de laurel. Lo mantenemos así entre 6 a 8 h.

Pasado ese tiempo los lavamos con agua para que suelten parte del vinagre, pero si te gustan con más sabor a vinagre puedes saltar este paso.
Los secamos y los conservamos en un recipiente con aove cantidad bastante, que le cubra y un majado de ajo y perejil. Probamos de sal por si necesita.

Y cuando quieras comerlos abres el recipiente y abres una cervecita🥂