Desmigar el pollo y el jamón previamente cocido (usé las sobras de un cocido) y reservar.

Meter un huevo en un cazo con agua y dejar cocinar 12 minutos desde que comienza a hervir. Pelar, picarlo muy finamente y reservar.

En una sartén pochar la media cebolla con un poco de aceite de oliva.

Cuando la cebolla esté transparente añadimos la mantequilla, aproximadamente 2 cucharadas (depende de la cantidad de masa que queráis) y la misma cantidad de harina.

Dejar cocinar la harina hasta que se dore, más o menos 7 minutos (al probarla no tiene que saber a harina) entonces verter la leche a ojo (ir removiendo y viendo cómo de espeso queda) cocinar diez minutos.

Añadir a la sartén el pollo, y el jamón. Cocinar cinco minutos más.

Pasar la masa a una fuente y meterla en la nevera (yo la dejo 24h).

Una vez esté fría la masa se hacen las croquetas. Se les da la forma deseada, se pasan por harina, huevo batido y pan rallado.

Para freírlas hay que meterlas en una sartén con abundante aceite y muy caliente. Procurando que las cubran por completo para que la parte de arriba no quede sin calentar y se abran.